WellPower: el mito vs la realidad

El sistema de salud conductual de Colorado es complejo. Quisimos tomarnos un momento para aclarar algunos de los malentendidos más comunes y ofrecer una mirada al interior para conocer cómo WellPower (WellPower) sirve a nuestras comunidades.

Mito #1: El WellPower busca razones para negarles a las personas el tratamiento que necesitan.

Realidad:  El WellPower se creó para atender a personas de diversos orígenes, incluyendo aquellas con necesidades complejas e interdependientes de salud mental. Hacemos todo lo posible para ayudar a que cada persona pueda acceder al apoyo que necesita para su recuperación y bienestar, en base a las mejores prácticas clínicas.

Existen algunas situaciones en las cuales no podemos servir a alguien:

  • Cuando una persona rechaza el tratamiento, debemos respetar su decisión. El rechazo al tratamiento ocurre por varias razones, incluyendo una condición conocida como “anosognosia”, o una incapacidad clínica para reconocer su enfermedad mental. Intentaremos todo lo posible para que dicha persona participe en el tratamiento, por ejemplo, ayudándole a encontrar empleo, vivienda y otros recursos para apoyar su recuperación. Sin embargo, si rechaza el tratamiento, debemos aceptar su rechazo porque las personas tienen el derecho legal de negarse a recibir tratamiento en los EE. UU. Haga clic en este enlace para obtener más información sobre la anosognosia.
  • Cuando no estamos dentro de la red del seguro médico de una persona, esto limita nuestra capacidad de ofrecer toda la gama de servicios que pueda necesitar. En ese caso, le remitimos a proveedores que sí aceptan su seguro médico para que acceda al servicio.
  • Cuando la persona necesita un nivel de atención más alto de lo que ofrecemos, como la hospitalización o el cuidado de pacientes internados, le ponemos en contacto con otros proveedores a través de evaluaciones móviles de crisis, retenciones de salud mental y otros caminos. Nuestro enfoque principal es lo que cada persona necesita, lo que a veces implica conectarlos con hospitales, centros de internamiento y otros proveedores.

Mito #2: El WellPower ofrece los mismos servicios que los proveedores privados, pero a un costo más alto.

Realidad: Es cierto que nuestro ” costo unitario”, es decir, lo que nos cuesta ofrecer una “unidad” promedio de servicio, es más alto que el de muchos proveedores del sector privado; sin embargo, esto es el resultado de la gran diferencia de los tipos de servicios que ofrecemos en comparación con los proveedores privados.

Los proveedores individuales suelen limitar los servicios a la terapia individual, de grupo o familiar, y a otros servicios que se reembolsan a niveles más altos. Debido a nuestro rol de centro comunitario de salud mental, WellPower ofrece una gama más integral de servicios basados en lo que necesitan las personas a las que servimos, que a menudo tienen necesidades complejas y multifacéticas. Nuestra población también puede enfrentarse a barreras para recibir tratamiento que no sucederían para quienes son atendidos en un modelo de práctica privada, como la falta de acceso a la tecnología (computadora o teléfono inteligente), al correo electrónico, a la vivienda y al transporte.

Algunos de los servicios que ofrecemos para atender las necesidades y barreras complejas son la gestión intensiva de casos, la rehabilitación psiquiátrica, los programas residenciales y de farmacia, que se reembolsan a un nivel bajo o simplemente no se reembolsan. Por ejemplo, con nuestro enfoque de la gestión de casos, apoyamos a las personas de maneras que los proveedores privados no podrían, como llevar a las personas a las citas, ir con ellas a la tienda de alimentos y salir a buscarlas en la comunidad si pierden una cita, lo que puede llevar horas y no lo cubre Medicaid. Este mayor nivel de atención es importante y cuesta más ofrecerlo, lo que aumenta nuestro “costo unitario” general.

También tenemos varios programas, como nuestros centros de crisis sin cita previa, que están abiertos y con personal las 24 horas del día y los 365 días del año (nuestro centro sin cita previa nunca ha cerrado desde que se abrió por primera vez en 2014), sin importar el número de personas que acceden a los servicios en cualquier momento, lo que se conoce comúnmente como el “modelo de la estación de bomberos.” Un consultorio privado no puede disponer de un programa con todo el personal y que no preste suficientes servicios para soportar su costo. Este es otra manera en que servimos a la comunidad y que aumenta nuestro costo promedio por unidad de servicio.

Mito #3: El WellPower le paga poco al personal y les paga demasiado a los ejecutivos.

Realidad: Para atraer y retener al mejor talento, WellPower ofrece salarios competitivos que superan el promedio del sector, además de un excelente paquete de beneficios en todos los niveles. En diciembre de 2021, establecimos el salario mínimo de 50.000 dólares al año, es decir, $24.04 por hora, e inmediatamente realizamos ajustes para que el salario promedio de cada puesto de trabajo alcance el percentil 60 de la tasa en el mercado, no solo entre otros centros comunitarios de salud mental, sino en todos los servicios de salud.

De acuerdo con las normas y las mejores prácticas del sector, nuestra junta directiva regularmente recurre a un consultor independiente para realizar un análisis de los salarios de los ejecutivos. La remuneración de los ejecutivos, incluyendo a nuestro director general, se determina cada año por la junta directiva con la colaboración de este consultor, y se ha comprobado que es justa, razonable y comparable a la de proveedores de servicios de salud de similar tamaño y alcance en todo el país.

Mito #4: El WellPower mantiene un fondo multimillonario para gastos imprevistos.

Realidad: El WellPower cuenta con una reserva de operación que nos permite cumplir con nuestro saldo de pagos y seguir ofreciendo servicios a la comunidad en tiempos de dificultades financieras inesperadas. Todas las organizaciones establecen un nivel deseado de reservas para disponer de ellas en caso de aumentos repentinos de los costos o disminución de los ingresos. Nuestro mandato es tener al menos 90 días, e idealmente 120, de efectivo en mano (muchas otras organizaciones tienen reservas para 200-300 días).

En WellPower, gran parte de nuestra financiación se basa en un reembolso que llega varios meses después de utilizar los recursos disponibles en el momento para prestar los servicios cuando se necesitan. En ese caso, cubrimos todos los costos por adelantado y esperamos que nos reembolsen el total después, lo que no siempre ocurre. El costo de estos servicios, en combinación con los sueldos del personal, los costos de mantenimiento de los edificios y mucho más, suman alrededor de 9 millones de dólares en gastos mensuales que se deben pagar a tiempo.

Durante los primeros días de la pandemia de COVID-19, cuando la organización sufrió pérdidas inesperadas de financiación e importantes costos tecnológicos para garantizar que la personas aún tuvieran acceso a los servicios de forma remota, pudimos utilizar nuestra reserva para lo siguiente:

  • Seguir ofreciendo un alto nivel de cuidado a las personas que servimos,
  • Mantener el empleo de todo el personal,
  • Evitar los días de suspensión laboral de los empleados
  • Pagarles a los empleados su tarifa normal incluso cuando no pudieran trabajar en su horario completo debido a problemas de COVID-19, como el cierre de escuelas o centros.

Mito #5: El WellPower goza de un trato preferencial con estado para obtener financiación excesiva.

Realidad: Cada año recibimos fondos generales del estado, sobre todo para prestarle servicios a las personas que padecen indigencia y que no tienen cobertura de Medicaid ni de algún otro seguro; sin embargo, esos fondos suelen alcanzar para los primeros seis meses de cada año debido a la escasez de fondos del estado y al costo de atender a esta importante y compleja población. Esto significa que tenemos que encontrar otras formas de cubrir el costo de estos servicios durante el resto del año, lo cual es un factor en nuestro costo unitario (vea el “Mito #2” arriba).

Mito #6: Sólo los centros comunitarios de salud mental pueden recibir fondos de Medicaid.

Realidad: En Denver, los proveedores privados prestan la mayor parte de los servicios de salud conductual con cobertura de Medicaid: los proveedores privados reciben un reembolso del 55% de los servicios con cobertura de Medicaid, mientras que WellPower presta el 45% restante. La diferencia es que los proveedores privados sirven en su mayoría a personas con condiciones más sencillas, mientras que nosotros nos centramos en personas con casos complejos como los que tienen diagnósticos multifacéticos, la necesidad de una vivienda estable y otros desafíos para los cuales los servicios no son cubiertos por Medicaid.

Mito #7: El WellPower factura los mismos servicios dos veces a Medicaid y al estado.

Realidad: A veces, las personas que no tienen seguro médico y padecen indigencia tienen inicialmente su atención cubierta por la Oficina de salud conductual (OBH por sus siglas en inglés) del estado, y luego se inscriben en Medicaid. El mito aquí es que le enviamos la factura a la OBH y a Medicaid por los mismos servicios, lo cual es una interpretación errónea de cómo funciona este sistema tan técnico.

En resumen, las personas a las que servimos en WellPower no tienen cobertura de Medicaid y de la OBH al mismo tiempo.  Las personas que padecen indigencia y no están inscritas en Medicaid ni en ningún otro seguro tienen derecho a la cobertura de salud mental de la OBH. Como parte de los servicios que reciben dWellPower, muchas personas reciben ayuda para obtener la cobertura de Medicaid, lo que las descalifica para recibir fondos de la OBH. Cuando esto sucede, los servicios elegibles de Medicaid que ya fueron facturados a la OBH son automáticamente inhabilitados – o “anulados” – por nuestro sistema computarizado de facturación para asegurar que sólo una fuente sea facturada por cada servicio.

Para ser un poco más técnicos, informamos a la OBH de las reclamaciones de Medicaid y de los “indigentes” mediante un sistema informático que no permite la facturación doble. Cuando se produce un retraso en la elegibilidad de Medicaid para cualquier persona, las reclamaciones a la OBH por esos servicios se anulan y se vuelven a procesar, lo que resulta en tres líneas de facturación para cada servicio: primero una reclamación de la OBH, luego una reclamación de Medicaid, finalmente, una anulación de la OBH, que revierte la primera reclamación de la OBH y deja sólo la reclamación de Medicaid activa. Al revisar los sistemas de facturación y contabilidad, es importante encontrar no sólo las dos primeras líneas de facturación, sino también la línea de anulación; de lo contrario, podría parecer una doble facturación, lo que no es posible en nuestro sistema informático.

Y, por último, además de nuestro sistema informático y nuestra propia diligencia, hay otras dos formas de asegurarnos de que la facturación se realice correctamente: 1) todas las reclamaciones se envían primero a través de una cámara de compensación externa para garantizar que no existan duplicaciones accidentales, y 2) todo el sistema es revisado anualmente por auditores externos como parte de nuestro compromiso con la eficiencia y la administración financiera responsable.