El trastorno por consumo de alcohol no es un deporte para espectadores; al final, toda la familia acaba jugando

Cuando una persona padece un trastorno por consumo de alcohol (AUD por sus siglas en inglés), también conocido como “alcoholismo”, su impulso de tomar alcohol puede ser tan poderoso como la necesidad que tiene un ser humano de respirar y beber. La enfermedad cerebral y el comportamiento errático que puede producir pueden afectar a los seres queridos tanto como a la persona que la padece. Ya sea un progenitor, un compañero de apartamento, un hermano, un cónyuge, un hijo o un amigo, si usted está lidiando con alguien que lo sufra, ya sabe lo difícil que puede llegar a ser.

Según la SAMHSA, en EE. UU. uno de cada 10 niños vive con un progenitor o cuidador que padece un trastorno por consumo de alcohol (AUD). Según los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health) hay que pensar en el sistema familiar como si fuese un móvil colgante para bebés: cuando una pieza de un móvil colgante se mueve, esto afecta a todas las piezas del móvil, pero de distintas maneras, y cada pieza se ajusta para mantener un equilibrio en el sistema.

“La salud mental y los trastornos por consumo de sustancias suelen coincidir bastante”, afirma Ellie Carpio, LPC, LAC, NCC, subdirectora de programas de WellPower. “El 75% de las personas que tiene un diagnóstico de salud mental también tiene un diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias. Existe el mito de que el individuo necesite estar sobrio antes de poder ocuparse de su salud mental. Esto no puede estar más lejos de la realidad”.

El impacto que tiene el consumo de alcohol en los miembros de la familia

Los efectos negativos que tienen en la familia los trastornos relacionados con el consumo de sustancias por parte de los progenitores incluyen la perturbación del apego, de los rituales, de los roles familiares, de las rutinas, de la comunicación, de la vida social y de la situación económica. Las familias en las que uno de los progenitores padece un trastorno por consumo de sustancias suelen caracterizarse por un entorno de secretismo, pérdida, conflicto, violencia o abuso, caos emocional, inversión de los roles y del miedo (SAMHSA).

“Las familias lo afrontan de distintas maneras”, explica Carpio. “A veces lo permiten, como cuando limpian lo que ensucia su ser querido o le ponen excusas. No lo hacen para justificar el consumo de alcohol, sino para poder afrontar la situación”.

Sin darse cuenta, los niños pueden asumir distintos roles dentro del hogar. A menudo, el mayor se convierte en el “héroe” de la familia. Se destacan sus éxitos (escolares, deportivos, musicales, etc.) para que el foco de atención no sea el progenitor o cuidador que sufre de AUD. Otro rol que se suele desempeñar es el de “payaso”, en el que un niño de la familia intenta ser lo más gracioso y divertido posible para aligerar el ambiente de la casa y servir de válvula de escape para la familia. Por último, algunos niños asumen el rol de “oveja negra”. Al contrario que el rol de “héroe”, se destacan los fracasos de estos niños para distraer la atención de lo que realmente ocurre con el progenitor o cuidador con AUD.

Para estos niños, también existe un mayor riesgo de que ellos mismos desarrollen un trastorno por consumo de sustancias. Los adolescentes cuyos progenitores beben en exceso tienen cuatro veces más probabilidades de beber alcohol en comparación con los adolescentes cuyos progenitores no beben en exceso (Journal of Adolescent Health).

Cómo conseguir ayuda: Recomendaciones para familiares de personas con AUD

“Vemos a mucha gente que cree que tiene que trabajar en sí misma por separado, primero con un tratamiento individual, ya sea por su adicción o por su salud mental”, dijo Carpio. ” Los estudios nos dicen que, si combinamos la terapia familiar y/o de pareja con el tratamiento individual, los resultados son mejores. Los humanos somos criaturas que establecemos relaciones; somos interdependientes unos de otros y no podemos ignorar esto durante el proceso de recuperación.”

Si usted está batallando con un ser querido que lo está pasando mal, éstas son algunas recomendaciones de apoyo:

Infórmese – Cuando se trata de un trastorno por consumo de alcohol, tener conocimientos es fundamental a la vez que poderoso. Cuanto más se entienda sobre esta enfermedad cerebral, más fácil le resultará comprender lo que le ocurre a su ser querido. A continuación, podrá encontrar nuestras sugerencias para mejor comprensión:

Establecer límites – El propósito de establecer límites no es otro que el de protegerse y cuidarse a uno mismo. La situación de cada persona es diferente y, dependiendo de la relación, puede resultar difícil establecer límites. Establecer límites puede ser sinónimo de “amor duro” o de marcar límites y hacer que se cumplan. Dejar que la persona realmente sufra las consecuencias de su consumo de alcohol puede servirle como una motivación poderosa para que entre en tratamiento. El programa TherapyDirect de WellPower puede ayudarle a conseguirlo. TherapyDirect le permite conectarse directamente con un consejero profesional en cuestión de minutos. Sin necesidad de citas ni de programar nada: solo tiene que usar su teléfono, laptop o tableta para realizar una videollamada que es 100% segura y confidencial. No se requiere seguro, y no hay cargos del programa. Disponibles de lunes a viernes, de 9 a.m. a 5:30 p.m.

Al-Anon y Alateen – La mayoría de la gente ha oído hablar de Alcohólicos Anónimos, o AA por sus siglas, un grupo de apoyo gratuito y confidencial de 12 pasos para cualquier persona que pueda tener problemas con el alcohol o las drogas. Este mismo concepto se aplica a los amigos y familiares de las personas que sufren trastornos por consumo de sustancia. Basado en los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, Al-Anon Family Groups  (Grupos familiares Al-Anon ) (que incluye Alateen para los miembros adolescentes) ofrecen apoyo no profesional, gratuito y confidencial. NAMI (Alianza Nacional de Enfermedades Mentales) también ofrece grupos de apoyo excelentes para los seres queridos. Carpio advierte que es posible que tenga que probar con grupos diferentes hasta encontrar el que mejor se adapte a sus necesidades.

” No pasa nada por no saber lo que se debe hacer”, concluye Carpio. “Nadie elige tener que lidiar con un trastorno por consumo de alcohol y la adicción de otros no es culpa suya”.