Imagínese, por un momento, que está viviendo con un problema de salud conductual y está intentado encontrar ayuda. Ahora imagine que, además de navegar por el sistema de salud conductual mientras existe un problema de salud mental, usted es una persona sorda (D/deaf), con dificultad auditiva o sordoceguera (DHHDB por sus siglas en inglés) que no puede localizar servicios que satisfagan sus necesidades.
Esta es la realidad con la que viven los miembros de las comunidades pertenecientes al DHHDB cuando buscan servicios de salud conductual. Estos servicios son esenciales, ya que investigaciones recientes han revelado que los adultos sordos (D/deaf) tienen mayores tasas de depresión o ansiedad en comparación con la población general, y que esto ocurre en una etapa más temprana de la vida.
En 1986, en respuesta a la abogacía por parte de la comunidad de personas sordas, WellPower estableció un programa especializado de salud mental para pacientes externos que reconocía la importancia de la comunicación directa, otras necesidades lingüísticas y la aceptación de la diversidad de la cultura dentro de las comunidades DHHDB. Más adelante, en 2009, se creó la Colorado Daylight Partnership. Este programa ofrece entrenamiento y asistencia técnica a las agencias de salud conductual financiadas con fondos públicos en todo el estado de Colorado, con la esperanza de reducir las barreras del audismo[1] y proporcionar un acceso equitativo a la salud conductual y la atención médica.
Cuando se le preguntó “qué es lo que hace que el programa para personas sordas (D/deaf) se destaque”, la directora de Colorado Daylight Partnership y gerente del programa, Mary Sterritt, dijo: “Las tradiciones culturales y las creencias de las comunidades DHHDB están integradas en este programa”. “Nuestro enfoque reconoce la importancia y la necesidad de la comunicación directa y brinda sensibilidad a la cultura sorda y al impacto que el audismo tiene en el desarrollo y la salud conductual.”
La terapeuta de salud mental Karina Mitchell declaró: “Es bueno que la comunidad de personas sordas pueda decir: ‘Vaya, podemos trabajar directamente con un terapeuta sordo’. A menudo, el trauma que los individuos con sordera necesitan procesar fue causado por la población oyente, por lo que es importante tener a alguien con la misma cultura que pueda entender e identificarse contigo. WellPower es único en el sentido de que una persona a la que servimos puede decir: ‘no solo puedo trabajar con un terapeuta sordo, sino que tengo algunas opciones’.”
Actualmente, el equipo de D/deaf de WellPower está comprometido a proporcionar un espacio libre de audismo para los niños, las familias y los adultos que buscan apoyo para desarrollar habilidades de conocimiento para el bienestar general y el crecimiento. Los terapeutas del equipo de personas sordas de WellPower dominan el lenguaje de signos americano (ASL por sus siglas en inglés) y utilizan un “enfoque lingüístico afirmativo”[2] centrado en la persona, en el que se apoya a la persona para que dirija su propio cuidado y que ante todo se le trate como tal. El enfoque es la persona y lo que puede hacer, no su condición o discapacidad. El apoyo debe centrarse en lograr los objetivos de la persona y adaptarse a sus necesidades y circunstancias particulares.
[1] El audismo es la opresión, la discriminación o los prejuicios contra las personas con sordera. Hay muchos ejemplos de audismo. Implica esperar que las personas sordas se ajusten a las normas y entornos de los oyentes, en los que ser sordo se considera un déficit en lugar de una diferencia. Es importante contar con proveedores clínicos que compartan la lengua y la cultura de las personas a las que servimos.
[2] “enfoque lingüístico afirmativo” es una frase citada por la Asociación Nacional de Sordos (NAD por sus siglas en inglés).